Hay muchas personas que creen sinceramente que el hombre es salvo “solo por fe". Aunque esta doctrina es muy atractiva y reconfortante, no se basa en la palabra de Dios. Santiago escribió: “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe." (Santiago 2:24). La fe sin obediencia es una fe muerta y es el tipo de fe que poseen los demonios. Escuche a Santiago: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?" (Santiago 2:19-20).
Claro, la fe es esencial para nuestra salvación. El escritor hebreo dijo, "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."(Hebreos 11:6) Pero la fe que agrada a Dios no es una fe muerta, sino una fe activa y obediente. Los que son bendecidos por Dios son aquellos que le obedecen. Escuche al escritor hebreo: “y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:9). No se deje engañar por aquellos que enseñan que la salvación se obtiene con “solo la fe”. Mas bien, recuerde que son aquellos cuya fe es obediente a Dios los que recibirán la salvación eterna.
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